viernes, 15 de noviembre de 2013

YO KAÓTICO EL LIBRO


BIENVENIDOS


(Texto de presentación del libro "Yo Kaótico")

“Yo Kaótico” nace por el antojo incontrolable de recordar cuando comencé a sentir excitada fascinación por el fanzine (fanzinación), lo que me lleva a este deseo de republicar mis textos. Entremezclando mis escritos que formaron parte del fanzine Kaótica y la revista Próxima Estación, con algunas opiniones propias liberadas al mundo del internet, y frases certeras de músicos también publicadas en ambas producciones gráficas.

Kaótica fue un fanzine que circuló en Posadas Misiones desde el año 2004 hasta el 2007. En esos meses circularon 21 números de distribución gratuita, generalmente de mano en mano dentro de los recitales de rock. Toda una linda locura ingenua desde un principio, usar el dinero de mi sueldo, de cualquier trabajo que estuviera haciendo, para solventar la producción del fanzine. Cada tanto alguien preguntaba “¿cómo se les ocurre hacer esto gratis? ¿por qué no lo cobran?”, y la respuesta es que la satisfacción pasaba por sentir que eso le daba un sentido más llevadero al trabajo que tenía en ese momento. Algo así como intentar justificar, bueno, trabajo en algo que no me atrae pero me sirve para tener más libertad en lo que sí me apasiona.



El destino, o lo que fuera, me llevó a encontrarme estudiando en una carrera de periodismo con Vale Ramone y Luis Salinas, sumándose Pikachu Recargado amigo de la vida, (mencionados con seudónimos, porque así nos gustaba dentro de todo lo relacionado a la Kaótica), y de la cabeza de los cuatros se armó con soltura el concepto para el fanzine. Escribir sobre lo que quisiéramos expresarnos, sabiendo que esa absoluta libertad no la tendríamos en los medios escritos ni en las radios ni en los intentos que realizáramos dentro de lo profesional o académico; dándole además mucha difusión al trabajo de los músicos locales.
Porque en ese momento el empuje de las bandas rockeras de Posadas fue muy intenso. La ciudad posadeña fue, es, y creo que siempre será, una atractiva mescolanza de creatividad musical. Bandas que le dan al palo a lo básico del punk o el rocanrol, pasando a la fluidez del ska, reggae o hip hop, hasta llegar a lo más carnal del heavy, y experimentaciones del trance indie y psycho, con toques propios de la región, ofrecen una rica variedad de alternativas. Muy difícil de encontrar en otros lugares. Pero el problema sí, como en casi todos los lugares, pasa por las trabas gubernamentales y burocráticas, y el poco apoyo que reciben los músicos.

A los pocos meses de descubrir los recitales locales, se comenzó a producir la Kaótica. El movimiento cultural del rock local venía de recibir un duro golpe al perder la llamada Extación de Trenes como espacio para realizar eventos; para mí era un lugar mítico de tantas historias que escuché. Al extender la construcción de la avenida costanera, la misma obra que provocó el desalojo de centenares de familias de barrios históricos, como el brete, y que nos robó la posibilidad de acercarnos al río Paraná; el gobierno ordenó la privación de continuar utilizando la abandonada estación de trenes para los recitales que se realizaban cada fin de semana.
Pese a eso, las bandas intentaron acomodarse en los pocos clubs o bares que se abrían a la posibilidad de recitales, o en fiestas clandestinas. Empeorándolo todo, durante el 2005 explotó la moda prohibitiva del gobierno municipal y provincial por consecuencia del efecto República Cromañón. La persecución y las clausuras de eventos y locales se volvieron más intensas.
Así que en este libro “Yo Kaótico” encontraran mucho reflejo del sentimiento de esa época, para ello transcribí fragmentos de entrevistas que tuve la posibilidad de realizar a los músicos en Posadas.
También, en lo personal mis textos están muy influenciados por esa sensación de injusto encierro y recorte de posibilidades de disfrutar de producciones locales. Hay mucho de descarga, con palabras escupidas con bronca o intentos de hacerme el chistoso utilizando el humor en defensa propia.



Mucho de eso que molesta todavía está presente, y más cuesta arriba también, con ejemplos de situaciones más tristes, como dos casos policiales sobre los cuales tuve el atrevimiento de escribir en su momento, por la impotencia de tanta impunidad y dejadez palpable; los casos de Rosa Gauna joven de 15 años fallecida luego de sufrir lesiones de quemaduras dentro de la Comisaría de la Mujer, e Iván Mercol muerto por golpes en extraña forma dentro de un boliche bailable.
Aún hierve la sangre cuando pasados los años las noticias siguen siendo que los casos continúan irresolutos sin culpables presos.
  
Creo que desde su primer número Kaótica pisó fuerte, y lo íbamos sintiendo en los comentarios crecientes, de los que tiran buena onda, de las críticas constructivas, y también de lo bardero que igual servía para confirmar que el nombre estaba presente.
Además, cada vez más colaboradores se sumaban para escribir algo en el fanzine, y más bandas nos abrían sus puertas para sumar a la difusión.
El fanzine tiene ese plus de placer del trabajo manual de recortar y pegar, buscando imágenes sin que tuvieran sentido directo con lo escrito para realizar los collages, porque en esos tiempos nunca nos interesó descubrir el photoshop.
En “Kaótica” lo textual iba escrito sin muchas correcciones, y lo que venía de otra persona se publicó sin realizar ninguna modificación ni retoque.

Ciertos textos que escribí en su momento ahora los releo y me da cosa volver a publicarlos. En lo personal, estoy seguro que yo cambié, porque me encanta la libertad del ser de poder cambiar cuando uno quiere, por eso en algunos casos tuve que luchar mucho contra el deseo de modificar grandes párrafos, pero considero que en la producción de este libro es más saludable respetar a lo que sentía y consideraba publicable en ese instante, así que sin mayores modificaciones va todo lo que fui encontrando. Solamente algunas correcciones gramaticales cuando me salía de adentro decir “¿cómo pude haber escrito tan mal así?”.




Cuando decidí darle muerte a la Kaótica estaba en una etapa de necesitar algo que me acercara más a lo positivo de las personas. Bajo una búsqueda así se creó la revista “Próxima Estación”, con la que se intentó trabajar recursos periodísticos y de diseños más elaborados. Entrevistas y análisis sobre trabajos sociales, saliendo de lo estrictamente musical, y diseños gráficos con aires de profesionalidad. Dirigiendo el concepto junto a Jumpin Beat, la experiencia fue muy interesante. Desde febrero del 2008 a mayo del 2010, esa etapa duró lo que duró y en cualquier momento se puede retomar, porque esa también es otra gran satisfacción de libertad que da el producir algo propio.
En la “Próxima Estación” tampoco podía desprenderme fácilmente de uno de los recursos del fanzine que más me gusta de “ir en contra de”, así que algo de eso también aparece en este libro.

Y esa misma fanzinación nos tiene actualmente, con Jumpin Beat, produciendo los fanzines “Mambolandia”, sobre relatos personales, y “Contramundo” sobre rock desde la provincia de Córdoba.
Espero que eso sea material para otro libro dentro de un tiempo. Porque cuando el presente es lindo pinta panorama para un futuro disfrutable.

Desde aquí agradecimientos a todos los que formaron parte de las producciones mencionadas, a las bandas merecedoras de respeto que trabajan con todo el esfuerzo posible, a los genios de la fotocopiadora Todo Insumos (Posadas Misiones) que tantas veces se bancaron trabajar fiado y de apuro para que estén listas las copias del fanzine, y a los que ayudan de corazón con la difusión y circulación de cada producción artística independiente.

Charly Esperanza (octubre 2013)

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