Con éste frío cordobés ando ganas de teletransportarme un día de verano a
mi tierra colorada ,
a mi Misiones,
solamente para escuchar el canto de
los pájaros,
el sonido hartante pero entrañable de la chicharra y del
pitogüé,
quiero ver a los horneritos divinos que encuentran los sitios
más graciosos para hacer sus niditos,
al gran río Paraná.
Y recorrer los
lugares de mi infancia,
esos que los turistas no podrán conocer jamás.
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