domingo, 19 de febrero de 2012

Casi una corazonada de razón

Y vivió sin condicionamientos.
Amalgama de libertad, pasión, rock and roll, hojas rotas y sed de mucho más.
Saltó bien alto y descubrió que un tropezón no es caida.
Se arriesgó y meditó.
Y decidió que ya no habría de perder el tiempo con tonterias.
Seguiría adelante como siempre sin mirar para atrás.
Los errores fueron los mejores aciertos. Las trampas los mejores signos. Las traiciones las mejores escuelas.
Ahora bien, está preparado y listo para lo que está por venir. Con un kit de estrategias, ases bajo la manga, modus operandis y un mecanismo de defensa religiosamente preparado.
Lo más importante ya lo logró con éxito, convencer a su corazón de que valía la pena congelarse, meterse en una caja y cubrirse de cemento.
El dijo: "Mi corazón se encuentra congelado, encerrado en una caja bajo kilos de cemento. Sí, está a salvo!". Y le dí la razón.

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