domingo, 11 de marzo de 2012

El baño: el arte en marcha

El Baño
La acción del bañar esconde en sí un mundo tan profundo que se remonta a nuestro útero, desde el tiempo cero la mujer se baña una vez por mes, menstruando.
“Sacando y materializando ese dolor en frutos sangrientos, despojándonos mientras recordamos nuestras heridas ancestrales.
Violaciones, saqueos, guerras, pérdidas, censuras, humillaciones.
Navegantes que confundieron sus falos con espadas causaron en aquellas sirenas un sangrado eterno que nunca cesará.
Pues ese sangrado es para recordarnos nuestra historia, ese sangrado de tierra roja nos grita fertilidad”.

El bañar y el ser bañado es un acto de amor y entrega muy grande, por eso lo reivindicamos, porque es una acción cotidiana y a la vez extraordinaria.
Como baña una madre a su hija, sin prejuicios y con cariño, recorriendo todo su cuerpo desnudo, amándolo y apropiándose de éste también.
Decidimos llevar a la via pública un acto de amor cotidiano que transcurre todos los días en millones de casas de todo el mundo.

El día jueves 8 de marzo a las 16 hs, en la plaza San Martín frente a la catedral de la ciudad de Córdoba, dos mujeres extrañaban el espacio físico, poniendo del revés el cotidiando de la plaza.. un fuenton azul con agua, esponja y jabón, dos mujeres se paseaban por los alrededores de la catedral tomadas de la mano, vestidas con vestidos claros, un cuerpo escrito, cargado de categorizaciones, de historias. Cuan madre, una le pide a la otra que se pare en el fuentón, toma una esponja y empieza a refregar el jabón, acaricia la piel de la joven, limpiándole las inscripciones escritas que tenía sobre su cuerpo , la panza, las tetas, las piernas, el pubis, la espalda. De pronto no existe más nada, solo esa caricia de mujer a mujer, lavándole las penas, amándola y descargándola.
Bajo el sol de la siesta cordobesa, una mujer lava a la otra, la purifica de nombres, apodos adquiridos en el mundo, un cuerpo desnudo yace frente a la iglesia, expresando su ser tal cual es, expresando en dúo un acto de amor, cotidiano, puesto en la lupa. Allí estaban las dos mujeres exigiendo su lugar en el mundo con un acto pacifico, pero no carente de fuerzas, fuerzas que movilizaron a los seres transeúntes de la plaza.

El día de la mujer, sin flores, ni bombones, con mujeres poniendo el cuerpo, luchando por su historia y su presente.
La policía, como siempre, no se hizo esperar mucho, indignados por el acto “impúdico”, nos retaron, nos pidieron que nos vistiéra
mos, y preguntaban con insistencia y sin entender, como íbamos a desubicarnos frente a la casa del señor. Una gran orla de personas rodearon a las fuerzas de seguridad, tranquilos y con sabiduría de los grandes nos defendieron, discutieron con ellos, hasta que nos dijeron que cortemos la acción y nos retiráramos. Mas allá de ello, la acción se dio en su mayor totalidad, y entre emociones y alegrías nos abrazamos todos como signo de amor.



Texto y performer

Lucrecia Requena y Lunar Al Vino
Córdoba Capital
Argentina

1 comentario:

  1. Muy buena intervención, interesante! Hubiera estado bueno estar ese día, ver las repercusiones; lástima que estas cosas no salen mucho en los medios, me parece interesante como para abrir nuevos debates o simplemente llamar la atención sobre esto, algo muy creativo!

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