domingo, 12 de julio de 2009

EL FRUTO DE LO PROHIBIDO


Texto de Charly Esperanza publicado en el fanzine "KAÓTICA" del mes de abril del 2006.



Nuevamente, una producción cinematográfica generó gran polémica mundial por reflejar interpretaciones religiosas inaceptables para la Iglesia Católica.
“El código Da Vinci” basado en el libro homónimo que Dan Brown publicó en el año 2003 postula la existencia de un matrimonio entre Jesucristo y María Magdalena (que si en la vida real era tan perra como la Mónica Belluci en “La pasión” de Mel Gibson se entiende que Jesús se haya tentado), con descendientes que incluso han llegado hasta nuestro tiempo presente ocultados durante 20 siglos por el Vaticano.
La posición adoptada por la iglesia acusa al guión de ser una “visión deformada de las historias bíblicas basada en fuentes equívocas”.
Antes del estreno del film aparecieron los pedidos de aclaraciones del formato de ficción para la película; en ciertos países se llegó a reclamar la prohibición completa del film.
El fanatismo religioso se carcome temeroso de descubrir que existen otras visiones y líneas de pensamiento más allá de lo que alimenta su fe y destapa su intolerancia con reclamos de censura a las obras artísticas.
Entre tanta polémica, la fórmula del éxito, se despierta el bichito de la curiosidad, y así una historia que podía pasar desapercibida para el interés de una generación neutra se convierte en centro de debates mundiales.
La posibilidad de censura sólo funciona como mecanismo de prensa y aumenta el deseo de ver que es lo que produce tanto alboroto, logrando el efecto inverso al buscado.
La principal preocupación del Vaticano en la opulencia del oro es ver que existen millones de personas de mentalidades abiertas interesadas en recibir diversos conocimientos para estudiar y decidir individualmente que opción merece el respeto de la creencia. La iglesia extraña los años donde las masas uniformes de creyentes arraigados en la “santa palabra de la Biblia” no generaban ni buscaban otras preguntas y respuestas.


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